DESPUÉS DE LA MEDIA RUEDA

Bitácora nostálgica, de un cubano que vive hace más de dos décadas en Suecia

Un diccionario para Cuquita

33 comentarios

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Ilustraciones: Reynerio Tamayo

El Diccionario Ilustrado de Voces Eróticas Cubanas es un mataburros bien documentado. Avalado por investigaciones históricas, sociales y del lenguaje. Ejemplificado con trozos de literatura cubana e ilustrado por el caricaturista Reinerio Tamayo.

Busqué en él los significados de algunas palabras y frases. Estaban casi todas, pero no encontré la que provocó el destierro definitivo de la vecina Cuquita de mi casa: «bajar al pozo».

Rósula Colombat, nuestra vecina de al lado, gritó como una loca.

¡Cállate Cuquita, qué lo’ vecino’ te van a oír!

¿Qué la «iban a oir»? Hacía rato que todo el barrio se estaba tapando los oídos. Eran las cinco de la tarde, yo llegaba del preuniversitario. Una voz desconocida, con acento santiaguero, insultaba el sistema de transporte nacional. Usando un repertorio de palabrotas que rimaban muy bien con vehículo, resignación y colchones.

El singao tren lechero se demora más que la pinga de mi marido en enderezarse. Veintido’ hora’ de Santiag’e’Cuba a La’bana. ¡Cojone’! ¡Y ni agua había pa’ lavarse la raja con e’te calor! Vengo con peste a bacalao en las entretelas de la papaya. El sudor del inán me llega a la rodilla. Al fín y al cabo yo soy tremenda bollú’a. ¡Y aquí estoy!

Mi abuela Nené no abría la boca. Las mujeres de su generación no se quejaban, ni siquiera por escuchar aquella sarta de improperios. Mi padre movía la cabeza en un gesto negativo que se hacía eterno. Yo y Carmen nos reíamos bajito. Al poco rato tocaron el timbre. Era Rósula.

¡Ay María Rogelia! Di’cúlpeme. Es que a mi sobrina hay que fregarle la boca con e’tropajo d’aluminio.—se quejó a mi abuela Nené. Era la única persona que la llamaba por su nombre compuesto. —Por suerte no e’tará aquí más que tre’ día’. Vino a traer los hijo’ al médico.

Los tres días se convirtieron en semanas y más semanas. Cuquita encontraba siempre un pretexto para alargar la visita y discutir con René, el hijo de Rósula. Ambos se batían en duelos de palabras que se convirtieron en mi diccionario particular para el futuro. Menos documentado que el de García y Alonso, pero, sin dudas, mucho más rico.

Conocí al Gallego, el hijo de Cuquita, sentado en el portal. Era tres años mayor que yo. Un jabao de ojos verdes. Todo un ejemplo de hermosura mestiza cubana. Su hermana Chicha fue una de las mujeres más bellas que he visto. Ninguno de los dos hablaban como su madre. Nos tomó unos minutos hacernos socitos.

Cuquita vino a saludar a mi abuela, según ella «por respeto». Mi padre se metió en la cocina a hacer el café para brindarle.

Rósula la quiere mucho, señora. Dice que u’té se ha portado muy bien con ello’.

Abuela y la vecina se querían como hermanas. Las dos casas eran del mismo tamaño pero la de Rósula albergaba medio Santiago de Cuba. Su bondad le traía muchos problemas. Hasta un sonado asesinato pasional, que alguna vez contaré.

Rósula y sus hijos son tambien mi familia. Y es que la tapia entre los dos patios no nos separa mucho. De aquí para allá y de allá para acá, todo se oye.

U’té’ me perdona. Tengo la lengua muy suelta y a vece’ digo cosa’ que no debo.

¿A veces? Ni en la cárcel se dicen tantas malas palabras como la que tu gritas. Deberías pensar que al lado viven señoras decentes y niñas. —Craso error de mi padre. Decir aquello, mientras servía el café… Cuquita montó en cólera.

Pues yo soy tan señora decente como tu mujer y como la señora María. Seguro que su marido cuando e’taba vivo tambien «bajaba al pozo», como todos lo’ que he tenido. Y si no lo hacía, ella lo obligaba.

Abuela no dijo nada. Se levantó de su mecedora y desapareció. Cuando se marchó la vecina temporal, notando el silencio de todos, Nené me mandó a buscar a Rósula, con discreción.

Cuquita no puede entrar jamás por esta puerta. Usted sabe que yo no me ando creyendo que los morenos o los pobres son los que hablan como ella. El respeto y la educación no tienen nada que ver con el hambre que uno ha pasado, el color de la piel ni con la escuela a la que uno ha ido. Eso se mama en casa. Y esta… mujer no tiene la más mínima prudencia. Aquí no la quiero.

No oímos discusión ni conversación después de eso. Al otro día Cuquita, el Gallego y Chicha agarraron sus matules y regresaron a Santiago. Nunca los volvimos a ver.

Todavía, cuando alguien usa una de las palabras estudiadas y publicadas en el Diciconario Ilustrado de Voces Eróticas Cubanas, mi padre sentencia: «Estás hablando igual que Cuquita». Suficiente para que uno cambie el vocabulario por uno más acorde a los que usaba su generación, por respeto a sus canas.

Muchas de esas acepciones resultan muy necesarias. Meterse mano no tiene el mismo sabor que: tocar o manosear con intención erótica. Ser buen palo o buena hoja, se pierde en una explicación de habilidades en el coito. Al significado popular cubano de hacer un pastel como acto sexual colectivo le falta el gusto de lo pecaminoso y prohibido, al mismo tiempo apetitoso.

Así que bienvenido sea este diccionario, si Cuquita esta viva le enviaré un ejemplar.

Me gustará escuchar su comentario lleno de sabiduría.

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Autor: ernán dezá

Me las doy de aprendiz de curioso con ambición de croniquista. Ya voy viviendo mi sexta década, parte en Cuba, parte en Suecia. Tengo algunas cosas que contar y otras que mejor no cuento.

33 pensamientos en “Un diccionario para Cuquita

  1. He aquí un ejemplo de ese lenguaje popular cubano que tan bien recogió en su poesía Nicolás Guillén y que se habla también aquí en Cádiz. Me encantó. Saludos.

  2. Very beautifull… AWESOME ! ! 😄👍

  3. He disfrutado del relato 🙂
    Y … me he quedado sorprendido de encontrarme al final la fantástica imagen con una Mona Lisa, imagen de la cual no he hallado ni rastro en Internet. ¿Podría decirme el autor y dónde encontrar algún tipo de información de él? Gracias.

  4. Ernán, me encantaría saber cómo consiguió esa joya de diccionario.

  5. Ja, ja, esta entrada la leo yo por acá y me da algo, quedaría «basta» en nuestra dicción -si acaso más graciosa en la de nuestro amigo gaditano. Sin embargo, después de la media vuelta queda como de puro realismo mágico. Para mí que su autor encontró el diccionario en algún rincón de Macondo! Un abrazo.

  6. Admirado Emán, su texto me recordó a Pérez Galdós, pero con cayena. Delicioso, hizo encaje de bolillos con la palabra soez y eso está al alcance de muy pocos.

  7. La verdad es que el vocabulario popular alli es la leche. Lo de bajarse al pozo en fin, la primera vez que me lo susurraron…pues que decir…. Aunque bueno, creo que los abakua lo tenían prohibido,,,,A saber que habría e cierto en eso

  8. Ese diccionario es una joya… hay tanto para escribir de la jerga cubana en general uff… me he tropezado con unas cuantas cuquitas en mi vida

  9. Me gusta esa forma de reproducir tus experiencias vivídas en texto.

  10. Amigo: No había podido responderle pues estaba de vacaciones en un país donde no existe el acceso a Internet. Olvidé poner en la entrada que el Diccionario ha sido ilustrado por el gran caricaturista cubano Reinerio Tamayo. Ha sido sin dudas una falta garrafal. Honor a quién honor merece y Tamayo en un experto en esto de cariturizar. Espero haber resuelto sus dudas. Y le pido disculpas por la demora…..

  11. Laureano: Muy de acuerdo en que es una joya. Acabo de regresar de mi isla: en estas casi tres semanas he descubierto que se podrían sumar docenas de nuevas voces, usadas por las nuevas generaciones. El libro lo compré en http://www.amazon.com, con el envío por correos me costó € 16. Me pareció un precio muy justo.

  12. Amigo Santiago: Cómo he disfrutado de ese lenguaje en estas semanas de vacaciones por mi islita. Vengo cargado de anécdotas de mi familia, mis padres estuvieron días, contando algunas muy sabrosas, a las que sólo les faltan detalles para redondearlas.
    Claro que en Andalucía y en Canarias compartimos algunas «soeces». No podía ser de otra manera. Saludos todavía soleados y tropicales.

  13. Acabo de llegar de disfrutar de ese Macondo ahora mismo. Es una isla donde el absurdo es tan cotidiano que no asombra. Las cosas que he escuchado y gozado, don Félix! Ya las compartiré poquito a poco… Un fuerte abrazo!

  14. Sí, muchas voces que escribes son habituales aquí en Cádiz. Saludos.

  15. Muchísimas gracias, es un descubrimiento realmente interesante, un artista con muchas aristas para conocer y disfrutar, además de la de caricaturista. Y perdón por alejarme por un instante del verdadero contenido de esta estupenda entrada.

  16. Angel Descalzo: Usted sabe como aprecio lo que escribe, considéreme un admirador igual. Y su comentario me ruboriza. Ya quisiera yo parecerme a don Benito…Gracias y un abrazo de hermano.
    Preparo algo más sobre el danzón en Cuba y el danzonete. Mis padres me regalaron una «Almendra» bailada inolvidablemente.y muchas anécdotas.

  17. Eso se rumorea de los abakua, entre otras cosas, como la prohibición de entrada a extraños a sus cuartos de fambá, pero ultimamente… Ya lo apreciarás en febrero. Los cambios sociales son sorprendentes. El resto es lo de siempre: un paso adelante, dos atrás. Saludos polares ya.

  18. Magelita: Y cómo cambia! Mi hermana, sobrino y amigos me actualizaron. Algunas frases son muy simpáticas. Imagínate que a una nueva «bagette» de pan suave le llaman «pan desmaya’o». Los pregones de los vendedores ambulantes son tan ocurrentes que provocan carcajadas.

  19. Gracias, Gregorio. Este blog, en parte, es tambien hijo tuyo. 🙂

  20. Pues acá que las esperamos, Ernán, que viene muy bien un trago de media rueda más de un lunes -y más de un viernes también. Un abrazo!

  21. Jajaja esa del pan me la sabía. Empezó a circular antes de venir yo para acá. Es que cogías el pan en la mano y no se mantenía firme, se desmayaba. A los refrigeradores chinos que dieron entre comillas para sustituir las viejas maquinarias y «frankensteins» que consumían mucho le apodaron «choviznaos» jijiji es que hacían mucha escarcha y siempre estaban mojados. Y por ahí pa´llá muchos más. jeje… Espero hayas disfrutado tu visita al terruño. Otro beso

  22. Espero con ansia esas entradas, Almendra es el título de mi novela que anda buscando editor, ese danzón es muy especial para mí. Lo dicho espero impacientemente sus nuevas entradas. Reciba un fuerte abrazo.

  23. Creo que la publicación de mi novela «Almendra», es una largo camino aún por recorrer, el mundo editorial está muy saturado de escritores sin nombre, como yo, que buscan una oportunidad, pero las puertas están cerradas y con fuertes candados. Pero sigo perseverando. Si algún día se aburre en extremo, cosa que dudo, le puedo enviar el archivo para que la lea usted o alguna de sus amistades, con la condición de recibir a cambio la más sincera crítica. Le dejo mi correo chamorrete@hotmail.com. Le mando otro abrazo digital.

  24. Ese delicioso diccionario tiene su antecedente, no menos sabroso, en el fantástico libro de Argelio Santiesteban El habla popular cubana, que recomiendo a todos los interesados en la norma lingüística del español en Cuba (si es que ese nombre tan rimbombante puede aplicarse a eso que hablamos). Si tiramos un poco más para atrás, a mediados del S XIX, Esteban Pichardo intentó poner un poco de orden a nuestra jerigonza criolla en una genial publicación que desde el título anuncia lo poco ortodoxa que ya desde entonces era nuestra forma de expresarnos: Diccionario provincial casi razonado de vozes cubanas (escrito así, con zeta).
    Ha sido un gran acierto que hablaras de este libro tan poco conocido por nuestros compatriotas. Felicidades por tu blog!!!
    Y un comentario para el Angel Descalzo: ha cambiado el paradigma también en el mundo editorial. Ahora los autores no buscan editores. Los creadores suben sus libros a internet y los regalan y dependiendo del éxito en la red, son los editores quienes los encuentran y los publican. Es el caso del médico español) Bruno Nievas, quien publicó gratuitamente su novela Realidad Aumentada y tuvo un gran éxito en la red. Poco después su obra se encuentra en muchas estanterías y se ha abierto paso en un mundo tan competitivo. Puede conocer su historia echando un vistazo aquí: http://brunonievas.wordpress.com/

  25. Marlene García y José R. Alonso hacen muchas referencias a Esteban Pichardo y a Argelio Santiesteban en su Diccionario, entre otras fuentes. Han sido cuidadosos, sin caer en academicismos aburridos, Es lo que más me gusta del libro: reseña un habla que tiene tanto de látigo como de dulce de guayaba, haciéndolo parecer ligero. Como una nueva «Indagación al choteo» de Jorge Mañach.
    Gracias Luddita, por acompañarme tambien aquí.

  26. Reblogueó esto en AURORA JUÁREZ DE OPORTOy comentado:
    Genial este cubano….. cultura e ingenio. Me gustó..!!

  27. Si lo de genial es por el mal genio: mis amigos y familiares le darán la razón. 🙂 Muy agradecido y honrado por reblogearme entre ustedes. Nací en una población pequeña, como Uyuni, de lo que siempre estaré orgulloso. Un abrazo!

  28. No hay nada más honesto que el lenguaje del pueblo. Tiene un sabor y un encanto único. En bocas ajenas suena grotesco, pero en las bocas locales, es una sinfonía. Al menos para mi.

  29. Le tengo terror al lenguaje oficialista y me despisto con el académico. Nos quedamos tú y yo con el del pueblo. Saludos desde el Polo Norte.

  30. Hola contertulios:
    Buscando por internet el comprar un ejemplar de este diccionario, que no tengo ninguno, me encuentro con este blog, con esa magnifica historia de Cuquita y bajar al pozo, con lo que me he reido muchisimo (y me ha sorprendido que no aparezca en el libro), y encontrarme con tantas apreciables notas sobre este diccionario. Yo lo agradezco mucho, el libro fue redactado para eso, para dar cultura, placer y risas,
    Soy Jose Ramon Alonso, uno de los autores, y Marlene, el otro autor, es mi esposa, y les aseguro que disfrutamos muchisimo la redaccion de este diccionario. Tambien hubo broncas, fuertes, decia mi suegra que nunca habia visto a un matrimonio discutir tanto por un punto y una coma.
    Su genesis se encuentra en un capitulo de mi novela inedita La revolucion tranquila, en una conversacion que se establece entre el protagonista (Cristobal) y Mercedes, una jinetera que quiere que Cristobal le escriba la historia de su vida.
    Las magnificas ilustraciones se deben a nuestro amigo Reinerio Tamayo, un buenisimo artista plastico de la generacion de los 80 cubano, con una creatividad y espontaneidad impresionante, un artista con un poder de manipulacion de la imagen como pocos hay.
    Nosotros queremos hacer una reedicion. Muchas palabras y frases se quedaron fuera por falta de tiempo, pues la editorial metio presion a ultima hora. Se hizo muy mala distribucion y publicidad del libro. En un Corte Ingles de Madrid, un dia encontramos el libro en un estantes medio oculto de literatura porno. Tampoco se pudo distribuir en Cuba, evidentemente.
    Aca en Miami he encontrado 4 ejemplares en el sistema de bibliotecas publicas, pero no los prestan para llevar, quizas por la misma razon. Hay que consultarlos en sala.
    Si alguien sabe donde me puedo hacer con un ejemplar por internet de este diccionario, por favor, me envia una nota.
    Agradecido por vuestras opiniones, les envio un saludo. JR.

  31. Tamaño honor, José Ramón!
    Han escrito una joyita a cuatro manos, un mataburros gozador e inteligente, muy bien ilustrado, logrando un equilibrio entre la guasa ligera y la profunda sabiduría, que se agradece y disfruta. Una reedición ampliada sería otra maravilla. Ánimos! No le faltarán lectores ni siquiera entre las nieves de Suecia.
    Humildes abrazos y gracias, inmensas, por la visita.

Replica a félix molina | arte y literatura

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