¿Quién no sabe en Cuba que el son es lo más sublime para el alma divertir?
Aquí en dos variantes:
Una con Ada y Silvio, casi acrobática, con sabor a barrio. Silvio se clava en el piso con su famoso tornillo y me mata de envidia. Es un paso que exige precisión, sentido del ritmo y una mano firme como la de Ada.
Después Sonia Calero y Roberto Rodríguez interpretan un son estilizado, poema incluído. Teatral aunque no pierde su tumbao. Son al son.