Admirado por su blog, robé esta idea a Eduardo de Frutos. ”El country marca su territorrio” es una serie fascinante y bien pensada. Espero que el hombre a quién Hank Wílliams regaló su sombrero sepa perdonarme.
La mejor puerta para entrar a Cuba no es su tabaco, su ron o su cocina, es el son de la loma, que cantamos en llano. Desde Pinar del Río, al occidente extremo, hasta la caliente Santiago de Cuba al oriente, se le ha cantado a cuanto pueblo y paisaje tiene la isla.
Así, que pasajeros y polizones de Después de la Media Rueda, a navegar conmigo en este imaginario bojeo a sus costas. No habrá mareos ni una sola hora sin avistar tierra, el mar estará como un plato, las brisas refrescarán y las gaviotas cantarán a nuestro ritmo.
Con el son por puerta I
Pinar del Río es la más rural de aquellas provincias caribeñas.
La conozco bien, he sembrado el mejor tabaco del mundo en las vegas de Vuelta Abajo, he hecho el amor en una cabaña de Soroa, rodeado de orquídeas, he explorado las cuevas donde los soviéticos escondieron sus ojivas nucleares, he nadado en las aguas saladas de Playa Las Tumbas, hollado la tierra colorada del Valle de Viñales, tan embelesado como el compositor Néstor Pinelo Cruz y ese son suyo que han interpretado Albita Rodríguez, Celina y Reutilio, el Conjunto Caney, la orquesta Flamboyán…
Zarpamos en el oeste con dos versiones, la de Tito Gómez y la orquesta Riverside y luego la de Celia Cruz y la Sonora Matancera, en sus mejores momentos.